miércoles, 13 de enero de 2016

Quien fue el/la diseñador/-a de Moda?

Rose Bertin

Bertin fue aprendiz de modista a muy temprana edad. Abrió su propia tienda de ropa, Le Grand Mogol, en 1770 y rápidamente encontró clientas entre las influyentes damas de la nobleza, incluyendo a la Luisa, duquesa de Chartres, que también patrocinó en Versalles a la pintora Élisabeth Vigée-Lebrun, que se encapricho con sus diseños.

Cuando María Antonieta llega de Austria a Francia, acoge los nuevos estilos y modas como forma de mostrar su sincera dedicación a su nuevo país. La duquesa de Chartres le presenta a Rose Bertin en 1772. En un cuarto especial en el palacio de Versalles Rose Bertin creaba nuevos y numerosos vestidos para la reina María Antonieta, ya que Bertin no podía ser admitida en el compartimiento donde esperaba la reina y sus damas, por ser plebeya.

Dos veces a la semana, despues de la coronación de María Antonieta, Bertin presentaba sus nuevas creaciones a la joven reina y pasaba horas discutiendo sus creaciones. La reina adoraba su guardarropa y estaba apasionada con cada detalle. Bertin, su sombrera, se convirtió en su confidente y amiga.

Su estilo: Pouf

Bertin usaba y exageraba las modas más importantes para María Antonieta con peinados de altura. La moda del Pouf alcanzó tales extremos que se convirtió en la marca del periodo, junto con decorar el cabello con ornamentos y objetos que mostraban eventos recientes. Trabajando con Leonard, el peluquero de la reina, Bertin creaba peinados que se volvían el furoror de toda Europa: el cabello podía ser adornado, estilizado, cortado dentro de definidas escenas, y modelado dentro formas y objetos y oscilaba desde recientes chismes de nacimientos de las infidelidades de los maridos hasta barcos navieros franceses como el Belle Poule, hasta el Pouf “a los insurrectos” en honor a la guerra de revolución norteamericana. El peinado más famoso de la reina fue “la inoculación” pouf que ella usaba para publicitar su éxito al persuadir al rey para vacunarse contra la viruela.

La moda continuó su fluctuante progreso; y los sombreros y adornos de la cabeza altísimos con sus superestructuras de gasa, flores y plumas, impedían a las mujeres encontrar carruajes suficiente altos para entrar, y muy a menudo se les veía inclinadas, o manteniendo sus cabezas adornadas fuera de la ventana.

Si el uso de estas extravagantes plumas y adornos en la cabeza hubiera continuado dicen las memorias de este periodo muy seriamente, habría efectuado una revolución en la arquitectura. Hubiera sido necesario agrandar las puertas y techos de los teatros, y particularmente el cuerpo del carruaje.

Una vez la reina ordenó los más recientes looks a Rose Bertin, entre ellos el provocativo “robe a la polonaise”, con el corpiño que realzaba el pecho, con ondulantes faldas que descubrían los tobillos, el conjunto era coronado por un "pouf".A partir de los años 1780 un cierta anglomania se traduce en la moda por la adopción de los hombres de una chaqueta y un redingote (riding coat- abrigo de montar a caballo) y para las mujeres de la prenda de andar masculina como la robe (vestido) redingote. llamado redingote. María Antonieta adopta esta anglofilia usando el redingote, con lo que ofende a los patriotas franceses.

Polemica: La Robe Chemise

En 1783 Élisabeth Vigée-Lebrun retrató a María Antonieta luciendo la famosa "robe chemise" diseñada por Rose Bertin, lo cual fue tan escandaloso para su época que se tuvo que pintar un segundo retrato de la Reina con un adecuado vestido de corte.

María Antonieta convocó a Bertin para vestir unas muñecas a la última moda como regalo para sus hermanas y su madre la emperatriz María Teresa I de Austria, estas muñecas fueron llamadas "Pandoras", y podían ser hechas de cera, madera o porcelana, tenían un poco menos del tamaño que una muñeca de juguete común, o podían ser tan grandes como la mitad o igual a una persona real. Estuvieron en voga antes de la aparición de las revistas de moda.

Ministro de la Moda

Llamada "Ministro de la Moda" , Bertin fue la mente tras casi todos los nuevos vestidos comisionados por la Reina. Los Vestidos y el cabellos se convirtieron en el vehículo personal de la expresión de María Antonieta, y Bertin vistió a la reina desde 1770 hasta su destronamiento en 1792. 

Los precios de Rose Bertin era exhorbitantes, así lo documentan los récords anuales de los gastos de ropa de María Antonieta en las cuentas de la modista, pues la reina nunca usaba nada dos veces; los trajes y sombreros de Bertin podían fácilmente costar 20 veces más de lo que una hábil costurera de la época ganaba al año.

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